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¿Cómo enseñarle la Biblia a mis hijos?

Esta pregunta puede ser fácilmente ignorada como adultos que somos, porque creemos que la Biblia es muy difícil de comprender para nuestros hijos. Es como enviar a un recién nacido al colegio, entonces pensamos que es mejor enseñarla cuando estén más grandes, o decimos “por el momento no es necesario”, porque estudian en un colegio cristiano y los domingos se conectan o asisten a su escuela dominical.

Si este ha sido nuestro pensamiento, recordemos Proverbios 22:6: “Instruye al niño en el camino que debe andar, y aun cuando sea viejo no se apartará de él.” Cada día nuestros hijos necesitan de dirección en este mundo tan confuso. Dios nos instruye como padres a enseñar la Palabra de Dios en todo tiempo.

Porque la Biblia en su totalidad está diseñada para nuestros hijos así como para nosotros como papás, no podemos separarnos de la necesidad que tenemos de ella. Toda la Escritura es inspirada por Dios para enseñarnos, ayudarnos y corregirnos de tal manera de mostrarnos cómo vivir en este mundo pasajero.

Así que ¿por qué no enseñarla desde ahora? No importa la edad de nuestros hijos; tomemos en cuenta estos consejos.

  1. Tiempo y lugar adecuado: Propón y escoge junto a tus hijos un lugar, una hora y la cantidad de días de la semana que usarán para leer la Biblia. Lo importante es ser constantes y hacer que tus hijos participen en la elección del tiempo y lugar.  Haciendo de esto un momento agradable, único, cómodo y divertido.
  2. Anímate a llevar a tus hijos por un recorrido de emociones mientras lees: agrega movimientos con tu cuerpo, gestos de asombro e imaginación con la ayuda de la modulación de tu voz para que puedan seguirte con la mirada.
  3. Ten la Biblia a la mano: Una Biblia física no es lo mismo que una aplicación de una Biblia digital, ambas son muy enriquecedoras pero durante el tiempo que estemos en familia evitemos a toda costa las distracciones que pueden existir si utilizamos un Smartphone mientras la  leemos. Solo imagínate una noche en la cama o en la sala con tus hijos leyendo la Biblia mientras ellos se acurrucan en tus piernas, escuchando y viendo la palabra de Dios.
  4. Identifica la compresión de tu hijo: De acuerdo a la edad de tu hijo sabrás cuántas palabras necesitará escuchar para entender en pequeñas porciones la Palabra de Dios, recuerda que todo niño es como una esponja que absorberá todo lo que digas y hagas.

    Si hay un bebé en casa puedes decirle en frases cortas mientras lo bañas o lo cambias: “Eres amado por Jesús”  y mientras lo dices pon tu mano sobre su pecho (donde está su corazón) y míralo con amor a sus ojos y repite esta gran verdad.

    Si tienes hijos en otras edades, canta la Biblia, pon en su mente y su cuerpo la palabra de Dios, “Cristo me ama, Cristo me ama, Cristo me ama, La Biblia dice así.” O tal vez “Alabaré al Señor mi Dios tu nombre yo proclamaré eternamente te cantaré Señor, Señor mi Dios…”
  5. Usa lenguaje sencillo: Transmite con un lenguaje sencillo y directo lo que la Biblia está hablando, sin en caso hay dudas de lo que estás comprendiendo como adulto consulta otras versiones para  explicarles a tus hijos.  Utiliza ejemplos de situaciones reales que ellos puedan imaginarse.

Y finalmente juntos leamos la Biblia con Cristo como el centro, su nombre hace eco a lo largo de toda la Escritura. Usualmente leemos cada historia a través del lente de nosotros mismos y rápido intentamos identificarnos con el personaje o héroe del texto y con mucha frecuencia no nos igualamos con los villanos de la historia porque no somos rápidos para reconocer nuestra debilidad.

Recordemos todos los días su sacrificio, muerte y resurrección sabiendo que lo mejor y lo suficiente ya lo hemos recibido a través de su muerte en la cruz mientras leemos y enseñamos la Palabra de Dios a nuestros hijos.

“Hazme entender el camino de Tus preceptos, y meditaré en tus maravillas “ Salmo 119:27